miércoles, 10 de julio de 2024

LAS TUBERIAS EN LA VIVIENDA


Cuando nos planteamos reformar la cocina o el baño, es fundamental conocer el estado de la antigua instalación hidraúlica. Las tuberías de alimentación de agua son muy importantes para un eficaz abastecimiento de agua en la vivienda, tanto por su correcto caudal como por su adecuada salubridad.

Hay tener en cuanta que la vida media de las tuberias de plomo o hierro no sobrepasa los 50 años, ya que estos materiales tienden a sufrir corrosión, por lo que es de vital importancia cambiar el saneamiento por tuberia de cobre o multicapa y los desagües por P.V.C. de evacuación.

Si vamos a levantar la vivienda y a realizar una obra de envergadura para renovarlo todo, lo lógico es sustituir todas esas tuberías que parece que "no vemos" pero discurren por suelos, paredes, techos... y es probable que su composición sea de materiales que ya no están permitidos por normativa, siendo incluso peligrosos para la salud, como es el caso del plomo o el hierro galvanizado. Estos materiales, a la larga, tienen problemas de corrosión, lo que reduce el caudal y puede dar sabor o coloración al agua, algo muy poco salubre; aparte de que al ir picándose con el tiempo, pueden dar lugar a las temidas e inoportunas fugas y filtraciones.

Nosotros a la hora de realizar una reforma lo consideramos imprescindible. No nos cabe en la cabeza dejar esos materiales antiguos cuando a la larga, darán problemas, y entonces habrá que picar otra vez, con el consiguiente trastorno y destrozo que podía haberse evitado.


Además, la unión de diferentes materiales como el cobre y el hierro, no siempre resulta fiable y hay que evitar la temida electrólisis.


Se ha demostrado que el cobre no sufre corrosión, sus paredes internas son lisas, resiste el fuego y las grandes presiones, no se deforma ante el calor extremo y ofrece una buena protección contra los contaminantes del suministro de agua doméstica: permite inhibir el crecimiento de bacterias, virus y hongos, contribuyendo así a mejorar la calidad del agua que bebemos y ofrece un paso de agua constante para las instalaciones de fontaneria y calefacción. Además, reduce la posiblidad de fugas de agua, ya que su proceso de unión por soldadura es más estable y duradero.


Respecto a su capacidad para evitar el desarrollo de gérmenes, el cobre minimiza las posibilidades de aparición de legionela y no produce la migración al agua de sustancias nocivas. El Real Decreto 140/2003, por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, obliga a que el contenido máximo legal de cobre en el agua que sale del grifo sea de 2 mg/l, la cantidad de cobre que se recomienda consumir a diario.

Por todo ello, nosotros siempre apostamos por el cobre para renovar la instalción de abastecimiento de agua de la vienda. De hecho partimos con un diámetro de tuberia más grande, si es posible 18 Ø, para luego ir reduciendo según vayamos realizando la instalación para así asegurar un caudal de abastecimiento óptimo.